martes, 13 de mayo de 2014

Arte y arquitectura

Arte mixteca
En arquitectura adoptaron el estilo llamado de tablero doble, pero le agregaron una decoración de grecas variadas, realizadas con la técnica del mosaico de piedra estucada y pintada.

Los mixtecas habitaron en grandes ciudades, una de las más importantes fue Mitla, situada a 1480 metros de altitud en el lado este del valle de Tlacolula, Oaxaca. Esta ciudad alcanzó gran relevancia tras la decadencia de Monte Albán. A partir de c. 900 d.C., los mixtecas dejaron su impronta. Primero fue una ciudad zapoteca, denominada Lyobaa (lugar de entierros), más tarde los mixtecas la denominaron Mitla que en náhualt significa 'Reino de los Muertos'. Destaca por sus edificios con decoración de grecas hechas con mosaico, cuyas piedras calzan perfectamente, junto con enormes dinteles y columnas monolíticas.
Mitla  Mitla  Mitla
La ciudad posee cinco grupos de palacios: de las Columnas, de la Iglesia, del Arroyo, de los Adobes y del Sur. Hay dos tipos de distribución espacial entre los conjuntos: el compuesto por dos cuadrángulos, formados por un patio cuadrado limitado por plataformas que sostienen edificios de planta rectangular entre sus lados, como se observa en los conjuntos de las Columnas, del Arroyo y de la Iglesia; y el que está constituido por un solo cuadrángulo limitado por basamentos escalonados como se observa en el Grupo de Adobes.

Mitla es única por las ruinas que conserva, entre ellas, una serie de pinturas que están estilística y temáticamente relacionadas con los códices mixtecos. A pesar de su destrucción parcial, hay tres temas principales incluidos en las pinturas: en la pared occidental la saga de la creación Central Mexicana de los toltecas chichemecas, en la pared oriental la historia de la creación mixteca de Apoala, y en la pared del norte la fundación de Mitla por un sacerdote zapoteca. También es importante por las tumbas cruciformes encontradas bajo los palacios, se piensa que los grandes personajes y sacerdotes se enterraban en ellas.

Otras ciudades muestran evidencia de fortificaciones y cuentan, además, con grandes plazas, plataformas combinadas con patios hundidos, hileras de pirámides y canchas de juego de pelota. Los sectores suburbanos estaban habitados por los campesinos, que vivían en casas aisladas, construidas sobre montículos, de dos a tres en torno a un patio común.

No se han encontrado grandes conjuntos arquitectónicos mixtecas, no realizaron grandes pirámides, templos o tumbas. De hecho aprovecharon las tumbas zapotecas de Monte Albán para enterrar a sus personajes ilustres, a los cuales, eso sí, acompañaban de magníficas joyas y objetos de orfebrería. Estas tumbas eran subterráneas de plantas cruciformes o rectangulares, con antecámara, cámara funeraria y nicho. En algunas se encontraron evidencias de sacrificios humanos.
Los mixtecas son los más diestros artesanos del México antiguo, sus expresiones artísticas se centraron sobre todo en las llamadas artes menores. Trabajaron con extraordinaria habilidad la orfebrería de la que se conservan impresionantes piezas labradas en oro, también se distinguieron en el tallado de hueso y el cristal de roca.
Copa, Cultura mixteca, posclásico,’Tumba 7’, Monte Albán, Oaxaca, Museo Regional del INAH, Oaxaca, México  Cráneo tallado en cristal de roca. Representa al dios del inframundo  Máscara antropomorfa con ojos de concha, ‘Tumba 1’, Zaachila, Oaxaca, México

Hueso de animal labrado, donde se representa los primeros días del calendario ritual o Tonalpohualli
Sus creaciones incluyen una amplia gama de joyas: collares, anillos, pulseras, protectores de uñas, orejeras, narigueras, mangos de abanicos y pectorales, así como también los trabajos con incrustación de turquesas; sobresalen las joyas encontradas en la ‘Tumba 7’ de Monte Albán y en la 'Tumba 1' de Zaachila. Estas joyas muestran la delicadeza y maestría con la que los mixtecas llegaron a trabajar el oro. A demás del oro, también conocían y trabajaban la plata y el cobre, y hacían algunas aleaciones como la tumbaga (una mezcla de oro y cobre). Seguían las técnicas del martillado, laminado, fundido a la cera perdida, soldadura y filigrana.
Dios de la Muerte. Tumba 7, Monte Albán Pendiente de oro con la representación de Xipe Totec, dios de los joyeros y la primavera, procedente de la tumba 7 Mitla Pectoral de Zaachila, Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México
Entre sus singularidades se pueden citar los mosaicos de plumas, la alfarería policroma decorada y el tejido y bordado de telas. También pintaron códices, largas tiras de piel de venado, en forma de biombo. Algunos de los más importantes códices son el Nuttla [Nota 2], el Vindobonense [Nota 3] y el Selden [Nota 4]. En ellos se narran hechos históricos, se pueden conocer aspectos del pensamiento religioso y saber acerca de los registros genealógicos de su cultura.
Códice Nuttall
Códice Nuttall
También cabe destacar su cerámica por su profusa decoración policromática, los colores que empleaban eran el rojo, el naranja, el negro, el gris y el blanco. Realizaron vasos, tapas, jarras, platos, vasijas trípodes y de figuras zoomorfas, y en algunas ocasiones antropomorfas.
  Vasija trípode policroma, cultura mixteca Cajete policromado con soportes en forma de cabeza de águila. En el centro se representa una doble banda de calchichuites Jarra de cerámica policromada con asa vertedera, los paneles inferiores muestran una cabeza de ave o reptil estilizada y decorado con motivos de tipo códice

Hacia el siglo IX aparece la llamada escritura mixteca, que forma parte de una gran corriente estilística denominada estilo Mixteca-Puebla. Esta escritura es básicamente pictográfica, aunque no son pocos los elementos jeroglíficos e ideográficos que la complementan. La mayor parte de las inscripciones mixtecas prehispánicas, consisten en registros calendáricos que dan cuenta de los sucesos más importantes de la historia de ese pueblo. Los elementos calendáricos en la escritura mixteca, servían tanto para indicar fechas como para registrar los nombres de los personajes que tomaban parte en los hechos relatados. Es necesario recordar que entre los pueblos mesoamericanos, las personas tomaban como nombre el propio del día del calendario ritual de 260 días en el que habían nacido. La escritura mixteca sirvió como canal para la conservación de las creencias de este pueblo y de algunos aspectos de su historia.

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